Bueno, ayer Kialaya me dijo que hoy era el día del blog, por si eso me inspiraba a escribir algún post, que ya iba siendo hora, así que me parece que le voy a hacer caso y escribir algo. Es difícil, teniendo en cuenta que mi nivel de inspiración está últimamente bajo mínimos y que ni si quiera me ha pasado nada interesante en estos últimos meses, pero algo saldrá.
Supongo que estaría bien empezar por contaros a mis pocos lectores (sí, sé que tengo pocos, y que además no los cuido, pero qué le voy a hacer, yo soy así de especial), que durante este verano me he independizado, temporalmente, de mis padres. ¿Que qué significa temporalmente? Os lo explicaré. Tengo un amigo, Juan Antonio, que es profesor interino de matemáticas, y como ha estado todo el año dando clases en Pulpí,
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y además anteriormente había estado estudiando en Alemania, no quería volver a ir a vivir a casa de sus padres, así que decidió alquilarse un piso en Málaga durante el verano y me propuso que me fuera a vivir con él esa temporada. Peero, todo lo bueno se acaba, y él ahora en septiembre tiene que volver a dar clases, y aunque todavía no sabe exactamente dónde va a acabar, seguro que no es en Málaga, así que el piso dónde hemos pasado el verano lo tiene que dejar, y como yo no puedo permitirme pagar el alquiler sola con el sueldo que me pagan en mi trabajo temporal de teleoperadora, tendré que volver a casita con mis papis y mis hermanos, por eso mi independencia es temporal. De hecho, en principio iba a volver a casa en cuanto este hombre se fuera de nuevo a dar clases, pero no tengo ganas de volver tan pronto al lecho familiar, voy a hacer un pequeño esfuerzo económico y me voy a quedar un mes más en el piso.
No hay mucho que más que contar del verano. La convivencia con Juan Antonio ha sido, como mínimo, interesante, pero me parece que este blog no está preparado para saber hasta qué punto, y el trabajo ha sido aún más interesante, porque yo nunca había trabajado de teleoperadora, y la verdad es que es un trabajo divertido, dónde he conocido a gente muy agradable, y del que se podrían sacar muchas anécdotas, las cuales no os contaré hasta que se me termine el contrato, no vaya a ser que uno de mis jefes me lea y eso acabe con las pocas posibilidades que tengo de que me renueven o me hagan fija. Ya, sé que soy muy ingenua si en realidad pienso que me van a hacer fija, pero qué le voy a hacer, de ilusiones se vive, ¿no?
Podría escribir algo más, pero sigo poco inspirada y son las 23:27, y si sigo pensando en cosas que escribir puede que este post no llegue a publicarlo en el día del Blog, con lo cual perdería todo su propósito, así que me despido, recomendándoos que aprovechéis estos últimos días del verano para soñar con hadas, duendes y atenienses.
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